Las plantas más raras del mundo también son algunos de los organismos más extraños y hermosos de la Tierra. Y muchas de ellas están en peligro de extinción.
20% de las 300.000 especies de plantas que conocemos también están en peligro de extinción.
Las prácticas agrícolas y ganaderas intensivas, el desarrollo urbano sin restricciones y la contaminación han alterado las tres cuartas partes de la superficie terrestre, según el informe de la ONU, y son responsables de la lista cada vez mayor de vegetación amenazada.
- Orquídea subterránea occidental.
- La planta de jarra.
- Árbol de medusas
- Flor de cadáver.
- Cícadas de Wood.
- Orquídea con flecos de la pradera occidental.
- Flor de Rafflesia.
- Georgia Aster.
- Acalypha de Wiggin.
- Arroz salvaje de Texas.
- Thelypody espectacular de Howell.
- Stenogyne Kanehoana.
- Vara de oro de la montaña Ouachita.
¿Cuáles son las plantas que ya no existen?
Al menos 571 especies de plantas con semillas se han extinguido en todo el mundo en los últimos dos siglos y medio. La mayoría de las extinciones de plantas ocurren en islas, en los trópicos y en áreas de clima mediterráneo que son ricas en biodiversidad.
Durante la década que acaba de finalizar, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) declaró la extinción de 160 especies.
La lista de especies declaradas extintas en la última década y en estado salvaje son:
- Encephalartos brevifoliolatus –Sudáfrica.
- Erica bolusiae Salter var.
- Encephalartos nubimontanus –Sudáfrica.
- Erica turgida -Sudáfrica: Cabo Flora.
- Encephalartos relictus –Suazilandia.
- Erica verticillata -Sudáfrica: Cabo Flora.
- Encephalartos woodii –Sudáfrica.
¿Qué se puede hacer para evitar la pérdida de más especies?
Mejorar las prácticas de manejo del ganado, incluido el acorralamiento de los animales por la noche y la instalación de barreras de bajo costo, como trincheras y cercas, para mantener a los grandes felinos alejados de sus campos.
Iniciar planes de seguro y compensación para el ganado para reducir la pérdida o, de lo contrario, el agricultor mataría a la vida silvestre en represalia.
Proteger los hábitats naturales existentes
La pérdida incremental de hábitat ha sido identificada como una de las fuentes más extendidas, pero menos reconocidas, de extinción de plantas locales en áreas urbanas.
Esta pérdida incremental ocurre cuando los impactos de múltiples decisiones a pequeña escala se suman a lo largo del tiempo y el espacio, o cuando un sitio se degrada con el tiempo debido a acciones administrativas inapropiadas.
Cuando ya existe una extensión tan pequeña de cobertura vegetal nativa que queda dentro de las ciudades, esas áreas que existen se vuelven aún más valiosas para el ecosistema local y la población humana debido a su rareza.
Estas áreas representan algunos de los últimos ejemplos restantes del patrimonio natural de una ciudad y pueden ser un hábitat crítico para plantas y animales que no pueden persistir en el paisaje urbano fuera de estos parches remanentes.
Restaurar hábitats degradados
Para revertir los impactos de la disponibilidad reducida de hábitat, debemos emprender activamente esfuerzos de restauración en ubicaciones estratégicas en todas nuestras áreas urbanas.
Estas acciones de restauración pueden ocurrir en una variedad de escalas espaciales, ya que múltiples acciones tomadas a escalas tan pequeñas pueden contribuir a la ganancia de hábitat incremental.
Sin embargo, en tales casos, es posible que debamos ser flexibles en nuestro enfoque y reconocer que estos esfuerzos pueden tener más que ver con la práctica de jardinería y la introducción de especies de plantas individuales, en lugar de intentar recrear un ecosistema funcional.
En otros casos, donde hay áreas más grandes disponibles, deberíamos esforzarnos por desarrollar prácticas de restauración que permitan que ocurran acciones de restauración a gran escala, ya que estas iniciativas nos permitirían lograr los mayores beneficios en los períodos de tiempo más cortos.
¿Qué impacto tiene en la tierra la pérdida de biodiversidad?
La biodiversidad sustenta la salud del planeta y tiene un impacto directo en todas nuestras vidas.
En pocas palabras, la reducción de la biodiversidad significa que millones de personas se enfrentan a un futuro en el que los suministros de alimentos son más vulnerables a las plagas y enfermedades, y donde el agua dulce es irregular o escasea.
Para los humanos eso es preocupante.
La pérdida de biodiversidad puede tener impactos directos significativos en la salud humana si los servicios de los ecosistemas ya no son adecuados para satisfacer las necesidades sociales.
De manera indirecta, los cambios en los servicios de los ecosistemas afectan los medios de vida, los ingresos, la migración local y, en ocasiones, incluso pueden provocar conflictos políticos.